El momento político de hoy es un jeroglífico difícilmente descifrable, por algo la ciudadanía dice que sus mayores preocupaciones son: el paro, la economía y los políticos, por ese orden, siguiéndoles la emigración, el independentismo catalán y, por supuesto, el atasco institucional.

El momento político de hoy es un jeroglífico difícilmente descifrable, (disculpen ustedes si uso este término para cuestiones políticas) por algo la ciudadanía dice que sus mayores preocupaciones son: el paro, la economía y los políticos, por ese orden, siguiéndoles la emigración, el independentismo catalán y, por supuesto, el atasco institucional derivado de la “ineptitud partidista” que no sabe despejar los graves interrogantes que sufrimos todos en conjunto; este inquietante bloqueo para conformar un gobierno duradero, provoca una parálisis en la gestión ejecutiva, y, por tanto, que el nivel de desconfianza y enfado de familias y empresas vaya aumentando, y por otra parte, que el malestar alcance también a otros aspectos de la vida diaria como: la educación, la salud, atención a la dependencia, reducción de déficit público, sostenimiento de las pensiones, etc… asuntos estos que, para actualizarlos adecuadamente, precisan reformas de mucho calado que, a su vez, necesitan apoyos parlamentarios muy amplios, puesto que son los temas básicos que todo Estado debe garantizar a sus ciudadanos con la mayor calidad posible.

Algunos datos y consideraciones que conviene tener en cuenta de la actualidad española:

  1. Bruselas (U.E) duda de la viabilidad de las cuentas que les hemos presentado, y exige que destinemos ingresos extra a rebajar nuestra pesada deuda pública, y a que se adopten medidas compensatorias para garantizar la sostenibilidad de las pensiones.
  2. La OCDE nos recuerda que la “incertidumbre política” que padecemos, retrasa los ajustes necesarios, tanto es así de cierto, que nuestra modesta expansión (que ha resistido el empuje de la desaceleración global) se ve hoy amenazada por la falta de importantes reformas, que deberían acometerse a la mayor prontitud, para que pueda afianzarse el crecimiento económico imprescindible para la creación de empleo y el bienestar de la población.
  3. El Banco de España avisa sobre la necesidad de asegurar el sistema de pensiones, concretándose las “preferencias sociales” del mismo y dejando entrever que “tiene sentido” alargar la edad de jubilación por la mayor esperanza de vida.
  4. La Seguridad Social ha aumentado su recaudación a un buen ritmo, este año sus ingresos han aumentado el 7%, lo cual es una magnífica noticia, pero aún con todo, no sumamos suficientes ingresos como para reducir su altísimo déficit.

Las continuas referencias de altos Organismo a las pensiones, llaman poderosamente la atención y ponen de relieve la gran importancia de las mismas por su enorme envergadura social y económica. ¿Cuál será el futuro de las pensiones? ¿Es sostenible nuestro actual Estado de Bienestar?.

Muy lamentablemente, la realidad política actual y sus desafíos, nos trae un panorama sombrío e incierto, con expectativas y presagios poco halagüeños: el fraccionamiento en dieciséis grupos y grupitos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, evidencia la transformación de nuestra sociedad, representada por sectores e ideologías con exigencias, intereses y posiciones muy dispares y distantes, que,  como estamos viendo no consiguen avanzar hacia el normal funcionamiento de las más altas instituciones del Estado. Se ha perdido la cultura de los grandes pactos y, por ello, debe regresar al Congreso, sin mayor dilación, la exigible altura de miras, madurez y sentido de Estado en los liderazgos de los partidos, para poder convivir juntos en nuestra diversidad y alcanzar los grandes acuerdos y consensos que necesitamos, también con todos los actores sociales, pero, eso sí, dentro del marco constitucional, lo cual, pese a su decisiva importancia para el país, sin duda, hoy, se echa mucho en falta.

Un país no puede funcionar sin un Gobierno estable. Tendremos que esperar, pero ¿hasta cuándo?

 

Joaquin Tejera

 

Artículo publicado previamente en La Voz del Bajo Cinca.